Hasta la redacción de este manifiesto, escuchamos cientos de veces “abrir un bar en plena pandemia sería una locura” [acción imprudente, insensata o poco razonable que realiza una persona de forma irreflexiva o temeraria]. Pero no hablábamos solamente de un Bar, sino de una Quinta poco tradicional, ni clásica ni contemporánea, ni chicha ni limoná, donde el objetivo principal es liberarte del statu quo [estado de las cosas en un determinado momento] y recibirte como uno más de la casa.
Como en el patio de tu abuela, entre alambiques, higueras, limones y parras, nuestra terraza te invita a salir y disfrutar los placeres de la vida. Una barra que macera momentos, añeja amistades y refresca relaciones, una parrilla que cocina aventuras y el fuego que alimenta el ambiente y la calidez que la bohemia necesita.
Bienvenidos los que no pierden la capacidad de asombro, los que quieren vivir de lo nuestro y de lo auténtico, quienes valoran la locura como una expresión del alma y quienes están dispuestos a romper los paradigmas [modificar la manera de hacer las cosas] de lo tradicional, atreverse a probar cosas nuevas y dejarse envolver por cada técnica, ingrediente y montaje de nuestro equipo.
Batallan con nosotros un ejercito de chiflados [que tienen algo perturbada la razón], abanderados por lo clandestino y con el fiel compromiso a no dejar que la normalidad traspase nuestras fronteras, mantener la clase y que si hemos de caer sea con prestancia, valor y la parrilla encendida.
Quizás no tengamos pies ni cabeza, pero nos sobra corazón.
Nicolás Cardemil O.
Ibrahím Salamé S.